23 enero 2007

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Paris

03 noviembre 2006

El Universo según Yo.

Supongo que en algún momento todos hemos intentado explicar en vano el origen de todo lo que nos rodea. Me apasiona contemplar el firmamento y pensar.
En la escuela nos enseñan (entre otras cosas) la teoría del "Big Bang": de cómo absurdamente de la nada se origina el todo. Pero los cabos sueltos no son de mi agrado, y conformarse con una teoría que intenta explicar lo inexplicable es, en mi caso, inadmisible. Además es una de esas teorías que engendran una postura facilista en quienes las aceptan, creyendo que existe una respuesta concreta a semejante incógnita.
Es obvio que aunque uno se carcoma los cesos intentando responder con una pseudoteoría tan trivial como personal, no se va a resolver el asunto, pero es sumamente enriquecedor (al menos en mi caso) pensar, por ejemplo, en cómo serán las paredes del Universo (en caso de que existan, y en caso de que estén en constante expansión), o pensar qué puede llegar a haber detrás de esas paredes.
Partamos de la teoría del "Big Bang": de un punto de materia densa y llena de energía nacen el Tiempo y el Espacio que habitamos (el universo propiamente dicho). Este Universo comienza a expandirse gracias a la energia contenida y desatada por ese punto de materia densa, cuyo origen se ignora completamente.
Según esta teoría, el Universo aún se expande, haciendo que las galaxias se alejen unas de otras a una velocidad que no me entra en la cabeza. Ahora bien, si el universo se expande, esto implica que éste es albergado por un espacio diferente y obviamente externo al Universo, el cual tiene la capacidad de contener semejante bola de nieve en crecimiento. Por otro lado es una teoría egoísta: ¿porqué no pensar que allá afuera hay otros universos expandiéndose constantemente?. La imagen que se me ocurre para realizar una analogía mediante la cual pueda explicar este disparate es la de un tarro lleno de bolitas. Cada bolita dentro del recipiente representa, en un principio, a un "Big Bang" independiente de los otros, los cuales crecen sin parar. Pero en este caso, el tarro cumple una función de contención limitada, que me sirve para explicar lo que pienso.

23 octubre 2006

Otra clase de Satisfacción

13 octubre 2006

Shin Seiki Evangelion: Odno i to Zhe.

05 octubre 2006

El Grito de la Naturaleza.

Munch describió así la experiencia que lo llevó a pintar esta obra:

"Caminaba con dos amigos por la carretera, entonces se puso el sol; de repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve un instante, me apoyé en la valla indeciblemente cansado. Lenguas de fuego y sangre se extendían y arrastraban sobre el Fiordo negro azulado.
Mis amigos siguieron caminando, mientras yo me quedaba atrás temblando de miedo.
Ahí sentí el grito enorme, infinito, de la naturaleza".

04 octubre 2006

Sentimientos Compartidos.

03 octubre 2006

Snob: algo noble de doble filo...

Originalmente el término define a ciertos personajes que buscan mostrarse para que los reconozcan y admiren, sólo a partir de sus elaboradas apariencias, siempre sujetas a modas estrictas y a toda una gama de pseudopalabras líderes, que (como "vip", "chic", "vintage", "tipo naaaa") podrían formar parte de un probable canon impensado para la frivolidad.
Acuñada en la corte de Ricardo Corazón de León, hijo de la triple emperatriz e incandescente mecenas, la gran Leonor de Aquitania, esta palabra apocopada era murmullo entre los nobles como inesperada contraseña para distinguir con humor a quienes aún sin poseer título nobliliario alguno, en su impostura trataban al menos de parecerlo. Así murmurando, quizás en las recepciones, aclaraban quién era verdaderamente cuando besaban la mano.
Una contracción de "Is not Noble" reducida a la simbólica y críptica "SNOB", como un susurro esclarecedor y certero de estos personajes que con gran simpatía, preferían aclarar sin que al principio otros lo entendieran, esa constante simulación de apariencias lograda casi siempre a base de mucho dinero y nada de esfuerzo, por figurar sobre todo en las crónicas, especialmente sociales.