05 octubre 2006

El Grito de la Naturaleza.

Munch describió así la experiencia que lo llevó a pintar esta obra:

"Caminaba con dos amigos por la carretera, entonces se puso el sol; de repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve un instante, me apoyé en la valla indeciblemente cansado. Lenguas de fuego y sangre se extendían y arrastraban sobre el Fiordo negro azulado.
Mis amigos siguieron caminando, mientras yo me quedaba atrás temblando de miedo.
Ahí sentí el grito enorme, infinito, de la naturaleza".